Otra vez la capea

La Dirección de este Colegio Mayor ya se ha manifestado con claridad en torno a este asunto de la capea. Pero no está de más, volver al asunto precisamente cuando se está preparando la segunda capea del año. Quizá porque el fenómeno ofrece más puntos a la reflexión.

No se trata de que estemos en contra de que los colegiales se diviertan. Por supuesto que no. En la vida tiene que haber tiempo para la diversión y tiempo para el estudio y el trabajo. La capea es un momento para la diversión. Otra cosa es preguntarnos porque parece que la diversión sólo se puede montar en torno al alcohol. Porque no conviene engañarse la capea no es un lugar donde se va a jugar a los toros. Lo fundamental es la barra libre de bebida.

Pero hay más. Mucho me han hablado desde que hace ya unos cuantos años llegué al Colegio de que los colegiales son como hermanos y más que hermanos. Lo triste es que la capea se monta como un negocio que organizan unos cuantos colegiales para sacar un beneficio de sus mismos compañeros. Porque dicen por ahí que los organizadores no sólo no pagan como los demás. Además parece que se embolsan un dinero cada uno. De la anterior se dice que cada uno de ellos obtuvo varios cientos de euros de “beneficio”. Claro que seguro no se sabe nada porque nunca se han hecho públicas las cuentas de la capea. Ni de la anterior ni de ninguna otra. ¡Viva la transparencia entre los hermanos!

Y hay más. No se sabe por qué extraña razón no todos han pagado en el pasado lo mismo por su diversión. Los de primero pagaban una cantidad mayor que el resto. ¿Por qué? No se entiende. Y menos si se piensa que la mayor parte de los chicos y chicas que van a la capea no son colegiales. Pero se hace esa discriminación con los de primero –¿tendrá esto algo que ver con las “novatadas”?–. ¿Habrá alguna razón para que los hermanos colegiales de primero paguen más que el resto de los hermanos colegiales?

Para ser sincero, no me extraña que algunos se presten a organizar este negocio. Lo que más me llama la atención –y, para ser honesto, me duele– es que los demás se presten al juego, que vayan a la capea sabiendo que son compañeros los que organizan ese evento y los que se aprovechan de ellos. Me extraña que no se levanten voces y gente capaz de organizar una capea alternativa, más justa, más igualitaria, donde todos paguen lo mismo y nadie pretenda sacarle el dinero a los demás al tiempo que se dice que todos los colegiales son hermanos. Me extraña que nadie exija cuentas claras y transparencia para un acto que se pretende de alguna manera que sea de los colegiales para los colegiales.

No es bueno que las cosas sean así. Pero no siempre es la dirección del Colegio la que puede solucionar los problemas. Son los mismos colegiales los que tienen que levantarse y actuar. Y llegar a hacer que la fraternidad sea un hecho en el Colegio y no un pretexto ideológico usado por algunos para aprovecharse de los demás.

P. Fernando Torres Pérez cmf