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“Gesto por la paz”

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Un día de hace 28 años un grupo de profesores, estudiantes y padres de un colegio decidieron salir a la calle para manifestarse en silencio como protesta ante un asesinato terrorista cometido ese mismo día. Estuvieron 15 minutos en silencio y volvieron a sus tareas. Al día siguiente tuvieron que volver a hacer lo mismo. Había habido otro atentado.

Así nació “Gesto por la Paz”, una asociación que sólo pretendía hacer un hueco en la sociedad vasca, dominada por la violencia, a los que deseaban la paz fueran de bando que fueran. Aunque nació en el seno de grupos cristianos nunca tuvo apellido. Siempre estuvo abierta a todos. Como suele pasar en estos casos, recibieron críticas de todos los lados, de la derecha y de la izquierda. Pero no cejaron en su empeño de apoderarse de la calle para que los pacíficos pudiesen hacerse presentes.

Sus concentraciones silenciosas en 150 lugares públicos del País Vasco fueron durante años una provocación para los que apoyaban la violencia como solución. Debió ser muy duro mantener el tipo tantos años y con tanta violencia. Sobre todo, cuando muchas veces se encontraron a sus vecinos, a los conocidos de toda la vida, que desde el otro lado de la calle les increpaban de muchas y variadas maneras. No fue fácil la convivencia en aquellos años en el País Vasco.

Pero no cejaron en su empeño y lograron que la paz tuviese un lugar público, que mucha gente saliese a la calle para expresar su deseo de paz. En esta semana han decidido disolverse. No significa que no vayan a seguir trabajando por la paz sino que entienden que ahora, con las armas en silencio y la ausencia de atentados, hay que trabajar de otra manera.

En todas las sociedades hay una mayoría silenciosa. También en nuestro Colegio Mayor. Prefieren callar por no indisponerse con el vecino. Pero no se dan cuenta de que “el que calla, otorga”, de que guardar silencio es dejar que los violentos, los injustos, los abusadores sigan haciendo de su capaz un sayo y campando a sus anchas. Son gente que piensan que “ya se encargará otro” de hacer el trabajo.

Me gustaría que en el Jaime la mayoría silenciosa se manifestase con más claridad y con más libertad. Estoy seguro de que hay una mayoría de chicos con mucho sentido común, con un gran sentido de la justicia y del respeto a los demás. No ahora en el Jaime ni en el futuro cuando ocupen su puesto en una empresa o en la sociedad deberían quedarse callados ante la injusticia. Porque su silencio sería cómplice.

Hay un poema de un autor alemán (erróneamente atribuido a Bertold Brecht) que viene muy a cuento:

Primero vinieron a buscar a los comunistas

y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos

y no dije nada porque yo no era judío.

Luego vinieron por los sindicalistas

y no dije nada porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los católicos

y no dije nada porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí pero, para entonces,

ya no quedaba nadie que dijera nada.

P. Fernando Torres Pérez cmf

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