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Resolver conflictos

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Hace unos años hubo en el Colegio un cierto enfrentamiento entre dos grupos de colegiales. La sangre no llegó al río. Y el problema se fue solucionando con el tiempo. Pero hubo una cosa que quedó clara: que aquellos colegiales carecían de las habilidades necesarias para enfrentar con realismo la búsqueda de una solución para los conflictos que la convivencia provoca tantas veces a lo largo de la vida.

Cuando se les puso en la tesitura de dialogar, no supieron superar el enfrentamiento. Y todos, unos y otros, se sintieron algo mejor cuando pudieron echar la culpa sobre otro colegial, uno que no era ni de un grupo ni de otro. Fue como encontrar un macho cabrío en el que poner las culpas de todos y echarle al desierto o sacrificarle. De esa forma se liberaban del sentimiento de culpa en algunas culturas antiguas.

Todos quedaban felices pues se habían liberado de sus culpas. Habían llegado al acuerdo de que aquél era el culpable, de que ellos no tenían que preocuparse de nada. Ni culpas ni responsabilidades. No era necesaria la autocrítica. Ya se sentían todos mejor.

Evidentemente, el problema no se resolvió. Tampoco la dirección del Colegio aceptó que todas las culpas recayesen en el colegial elegido como macho cabrío por aquellos colegiales. Había más culpas y más responsabilidades. El enfrentamiento, el conflicto, de otras maneras y modos, continuó.

Pero todo eso es ya historia pasada. Sus protagonistas hace tiempo que dejaron el Mayor. Nos sirve como ejemplo de la necesidad de aprender a resolver los conflictos que origina inevitablemente la convivencia. Aprender a dialogar, aprender a ejercer la crítica con uno mismo y con los de su propio grupo, aprender a escuchar las razones del otro o de los otros. Todo son habilidades necesarias para la vida. Sin ellas, los conflictos se pueden convertir no en ocasiones para crecer sino en momentos de dolor, de ruptura. Y pueden terminar dando lugar a rencores y odios que no dejan ser feliz a la persona.

La vida en el Colegio ya es en sí una escuela de convivencia. Además, se ofrecen posibilidades a los que las quieren aprovechar, para aprender a convivir mejor. Desde la participación en las numerosas actividades que se desarrollan en el Colegio hasta actividades como los cursos de liderazgo, las convivencias u otros que se propondrán de “couching”. Todo para que hagamos de los conflictos oportunidades para enriquecer nuestras relaciones y nuestra misma vida.

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